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El miedo, el #estrés y la #ansiedad que genera la incertidumbre de la crisis del coronavirus, esto nos afecta a la mayoría de nosotros… Unas recomendaciones para gestionar tus emociones.

Estas recomendaciones pueden #ayudarte a gestionar con más claridad mental y más serenidad esta situación

 

  • Haz una dieta hipo-informativa: Mantente informado, pero sólo lo imprescindible, ya que la tendencia en estas situaciones es a sobresaturarse de excesiva información, mucha de la cual no es cierta y genera mayor ansiedad y estrés. Esto incluye las redes sociales y los grupos de Whatsapp, donde circula demasiada información cada segundo y muchas veces falsa o exagerada. Así que reduce al mínimo necesario tu contacto con las fuentes de información.
  • Ocúpate en lugar de preocuparte: Lo mejor es tratar de mantener lo más posible tus rutinas de vida personal y de tu trabajo. Mantente ocupado haciendo las tareas que tienes cada día. Eso te dará una sensación de cierta normalidad que te tranquilizará y te mantendrá más concentrado en lo importante.
  • Cuestiona tus pensamientos: Tus pensamientos no son hechos. En estas situaciones los pensamientos dramáticos o terribles se disparan sin control. Es importante que mantengas la observación atenta de las historias de terror o dramas que te cuentas, con el fin de cuestionarlas inmediatamente para que no generen emociones de pánico y ansiedad. Recuerda que nuestros pensamientos no son hechos, son interpretaciones, muchas veces exageradas o distorsionadas de la realidad
  • gestionar con más claridad mental y más serenidad

    El miedo, el #estrés y la #ansiedad que genera la incertidumbre de la crisis del coronavirus, esto nos afecta a la mayoría de nosotros…

    Estas recomendaciones pueden #ayudarte a gestionar con más claridad mental y más serenidad esta situación

    • Haz una dieta hipo-informativa: Mantente informado, pero sólo lo imprescindible, ya que la tendencia en estas situaciones es a sobresaturarse de excesiva información, mucha de la cual no es cierta y genera mayor ansiedad y estrés. Esto incluye las redes sociales y los grupos de Whatsapp, donde circula demasiada información cada segundo y muchas veces falsa o exagerada. Así que reduce al mínimo necesario tu contacto con las fuentes de información.
    • Ocúpate en lugar de preocuparte: Lo mejor es tratar de mantener lo más posible tus rutinas de vida personal y de tu trabajo. Mantente ocupado haciendo las tareas que tienes cada día. Eso te dará una sensación de cierta normalidad que te tranquilizará y te mantendrá más concentrado en lo importante.
    • Cuestiona tus pensamientos: Tus pensamientos no son hechos. En estas situaciones los pensamientos dramáticos o terribles se disparan sin control. Es importante que mantengas la observación atenta de las historias de terror o dramas que te cuentas, con el fin de cuestionarlas inmediatamente para que no generen emociones de pánico y ansiedad. Recuerda que nuestros pensamientos no son hechos, son interpretaciones, muchas veces exageradas o distorsionadas de la realidad.
    • Date permiso para sentir todas las emociones: Lo más sano a nivel de gestión emocional es darte permiso para sentir miedo, ansiedad, estrés, tristeza, frustración, rabia o impotencia. Es fundamental que aceptes la montaña rusa emocional que puedas sentir, que irá cambiando de intensidad y de duración. En lugar de resistirte o juzgarte, trata de ser consciente de tu estado emocional y normalízalo. No es agradable, pero sí funcional y totalmente humano.
    • Márcate pequeños objetivos diarios y comprométete a cumplirlos: Es importante que estos objetivos estén relacionados con tus prioridades, con lo verdaderamente importante. El hecho de comprobar, de forma medible, que, a pesar de esta situación excepcional, sigues avanzando mediante pequeñas metas y acciones te dará una sensación de control y equilibrio que te ayudará mucho a pasar esta difícil etapa.
    • Adáptate a los cambios con actitud positiva: Es una gran oportunidad para practicar la gestión del cambio, y desarrollar tu flexibilidad. Trabajar a distancia, en un espacio diferente al habitual (quizá en tu domicilio) o incluso con la familia en casa. Todos los cambios tienen una parte positiva si nos abrimos a ellos y estamos dispuestos a adaptarnos. De lo contrario, sufriremos innecesariamente.
    • Céntrate en vivir aquí y ahora: Vive el momento presente cada día y evita la ansiedad que genera la incertidumbre. Igual que de la noche a la mañana las cosas han cambiado, puede suceder al revés, que antes de lo que pensemos hemos vuelto a la normalidad. O quizá no. En cualquier caso, como nadie lo sabe, lo más sano mental y emocionalmente es tratar de focalizar nuestra atención en cada día, evitando los típicos pensamientos negativos anticipatorios, y dar lo mejor de nosotros cada día. De esta forma, nos sentiremos orgullosos porque hemos hecho lo que debíamos, y la incertidumbre no nos agobiará tanto
    • Utiliza una estrategia para gestionar tus emociones: ¿Qué estrategia te ha resultado útil en otras situaciones difíciles? Si notas que las emociones te desbordan o paralizan: haz una tabla de ejercicios, sal a caminar o a correr al aire libre. O respira profundamente, tomando conciencia de la acción completa de respirar, observando qué sucede en cada inhalación y exhalación. Repítelo 3-4 veces y sigue adelante.

     

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    Respira profundamente, tomando conciencia de la acción completa de respirar, observando qué sucede en cada inhalación y exhalación. Repítelo 3-4 veces y sigue adelante.

     

    • Dedica tiempo a reflexionar o a lo que te gusta: Aprovecha para dedicar tiempo a esas actividades para las que nunca tienes tiempo, pero te encantan: leer, estar más con la familia, ver películas, cocinar. O también puedes aprovechar para reflexionar sobre ti, sobre tu vida, sobre tus prioridades y valores. Es una etapa para parar y conectar contigo, con tus necesidades. Esa reflexión para la que nunca tenemos tiempo porque vamos corriendo por nuestra vida como pollos sin cabeza.
    • Esto también pasará: La ley de la impermanencia que estableció Buda hace 2500 años sigue vigente, porque no hay nada que permanezca. Todo cambia, todo pasa, lo bueno y lo malo. Así que esta crisis pasará también, y la recordaremos con la total tranquilidad de haberla superado. Una estrategia efectiva es imaginarte dentro de un año o dentro de 3 años, pensando que habrá sucedido con el coronavirus, cómo verás esta crisis desde la perspectiva de ese tiempo. Todo habrá pasado ya y nuestra vida habrá vuelto a la total normalidad.

    Fuente: Decálogo para la gestión emocional del coronavirus

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